Mientras el resto de charros seguían disfrutando de la roca francesa, ya nosotros de vuelta a España pasamos por Venasque, una pequeña escuela en un bonito pueblo, no demasiado turístico, lo justo. Con incluso algunas exposiciones.
La escuela está a 5 minutos en coche desde el pueblo. Tiene un pequeño aparcamiento donde se puede dormir tranquilamente.
Como podéis ver la roca es una arenisca bastante blandengue, casi todo romos, pero la escalada es buenísima. Escuela pequeña pero super recomendable.
Las únicas fotos escalando...
Ya en España estuvimos en Roses comiendo esta pedazo paella justo antes de ir a Empuriabrava a saltar en paracaídas :D
Llegamos a Cadaqués al atardecer, demasiado turístico para nuestro gusto. Entramos sin problema, pero tardamos en encontrar aparcamiento. Cuando nos fuimos por la mañana había una cola de más de 5 kilómetros para entrar en el pueblo! Vamos, imposible que en ese pueblo entre tanto coche! Es una locura la hora punta!
Dormimos en este parking, y sobre las 8:45 multaca al canto! Como se puede ver en el horario supuestamente no puedes ni dormir ni aparcar antes de esa hora. La estrategia que tienen es pasar primero por otro que abre una hora antes, y después por este, y multan a todo quisqui un cuarto de hora antes. Da igual que hayas llegado a las 8 y te hayas ido a tomar un café al pueblo.
Ni cortos ni perezosos nos fuimos al ayuntamiento a recurrir la multa, de la cual no entendíamos ni la mitad porque estaba en catalán. La hoja para recurrirla también estaba en catalán, y ya con el puteo le pedimos a la tía que nos lo tradujese. Como nos la habían dejado en el parabrisas tampoco estaba firmada. Y hasta hoy.
¡En el Cap de Creus el viento era bestial!
Habrá que empezar a poner esta nota en el cristal...
También pasamos brevemente por Montserrat
Sólo escalamos media tarde, porque tardamos muchísimo en encontrar y acceder al sector que habíamos elegido, cerca de la carretera, porque no había mucho tiempo.
Al día siguiente Alberto cogió rumbo a Rodellar, destino de este año.
